Sunday, April 25, 2010

Día 8

Me quedé en la habitación mientras que el grupo asistía una clase de cocina. Estaba muy celoso, pero tenía una enfermedad. Durante el día me quedé en cama y dormí, leí y escribí. Fue como la idea de Siscar en La Siberia que “todo me parece tan artifical” (57). Quería pensar que no hubiera la enfermedad en el Nicaragua, que no pudiera obtenerla. Pero así estaba, en mi habitación con mis libros y el Molskín como bruce Chatwin y Luis Sepúlveda. Sólo necesitaba numerar cada página.

Mientras estaba en cama el grupo cocinaba y comieron la mejor cena del viaje. En mitad del día recibí una llamada de Tyler. Él quería saber cómo estaba. En el momento sentí regular a causa del té mezclado con Flor de Caña y miel, pero cuando regresó tuve un dolor en la garganta y una obstrucción en la nariz. Pero, no quería quejarme, sólo quería pasar tiempo bueno en Nicaragua. Pues, oí al viaje de Tyler: la clase de cocinar y la aventura por las ruinas donde habían huellas que demostraba que – hubo personas vivas aquí – en las palabras del guía.

Por el resto del día pasamos el tiempo al lado de la piscina. El aire fresco me ayudaba para respirar y la compañía de mis amigos me ayudaba a sentir mejor. Nos sentamos en las sillas con nuestros cuadernos y escribimos hasta que llegó el tiempo de cenar.

Cenamos en “La Mejía Godoy” donde había un grupo musical muy famoso del mismo nombre: Carlos Mejía Godoy. Mejía Godoy tocó el acordeón con su grupo con mucha fuerza y mucha amabilidad. Su carácter fue muy divertido y muy agradable, y el espectáculo fue muy bueno para mirar.

La noche se terminó después del espectáculo. Nuestro conductor nuevo nos llevó al hotel y nos dormimos por la noche.

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