Wednesday, April 28, 2010

Reflexión número 2

La ida y la vuelta en La Siberia y Patagonia Express

Hay una idea en la literatura que llama “Bildungsroman.” En una crítica sobre el género del Bildungsroman, Marianne Hirsch Gottfried lo describe así: “the organic unfolding as a totality of human capacities by the contact with the worldly experiential powers, a process which results in an accommodation to those powers” (122). En La Siberia por Cristina Siscar se tiene algunos europeos que quieren ver La Patagonia como es un paisaje exótico. Son extranjeros en un paisaje extraño, y su propósito es familiarizarse con el mundo extraño con su contacto con La Patagonia. Igualmente, en Patagonia Express por Luis Sepúlveda, pero casi no es el mismo. En Patagonia Express Sepúlveda – el narrador de la autobiografía – es un hombre chileno y hombre indígena de La Patagonia. Sin embargo, él sigue la estructura de un Bildungsroman porque su novela contiene “a totality of human capacities” (Gottfried 122). Los dos textos son textos humanos que exponen a los personajes para familiarizarse con La Patagonia – por eso, los dos textos son textos del género Bildungsroman.

Se empieza con La Siberia para decir que la novelita es una que da el complacimiento a los extranjeros europeos. El aspecto más importante del Bildungsroman en la descripción de Gottfried es la idea de que deba ser “organic unfolding as a totality of human capacities” (122). Si no hay desarrollo orgánico, pues, no hay un Bildungsroman. El Bildungsroman necesita tener el inicio, y el fin. En muchos casos hay una ida y una vuelta, pero no lo es en el caso de La Siberia. En el caso de La Siberia sólo hay una ida, y el trauma de la novelita es que los extranjeros no pueden regresar. Se puede decir que la vuelta en la novelita es el deseo dequedarse en La Patagonia. La Siberia se comienza con los europeos, sin nombres, en “el ómnibus pintado de color naranja” (Siscar 15). El ómnibus se representa como el espacio del extranjero. Es la descripción entre los extranjeros y los de La Patagonia. Entonces, se puede decir que los del ómnibus quieren separarse de la tierra. En otras palabras, la ida de los extranjeros empieza la aventura con una descripción de ellos y La Patagonia. Este símbolo se extiende cuando Siscar dice “dentro de una cáscara naranja” (19). El ómnibus llega a ser la seguridad entre los extranjeros y la tierra a explorar.

Sin embargo, los extranjeros no se quedan como extranjeros. Se puede ver que los extranjeros, muy lentamente, llegan a mirar La Patagonia como algo real en lugar de algo exótico. Esta acción se ocurre cuando salen su seguridad. Durante su viaje en el “abismo negro” (Siscar 45) llegan a ser “una sola cosa, en la que ellos se fundían como pura conciencia, sin cuerpo... estaba donde deseaba estar” (45). El viaje de la conciencia es la meta de la novela Bildungsroman. La vuelta de los personajes se construye con una consciencia cambiada que entra su el espacio conocido y sin cambios. Con esta idea, si es europea, llega a ser un extranjero en su propio país europeo. Es decir que “una cama grande, para toda la familia” (Siscar 44) y “chiquitos sucios, llenos de mocos, apenas cubiertos con una manta deshilachada” (44) llegan a ser más familiar en la mirada de los extranjeros en contraste con los chiquitos limpios y las mantas nuevas. Como dice Casey Blankton en “Narrating Self and Other: A Historical Overview,” los viajeros quieren cambiar “the foreign into familiar terms” (1)

Además, el cambio de la conciencia no es algo muy rápido. Si la novela Bildungsroman quiere parecerse como un desarrollo orgánico, el cambio de conciencia no puede ser al instante. En La Siberia, el cambio de los extranjeros se puede comparar con las ventanillas del ómnibus. En su ensayo “Hydra and Hybrid: Travel Writing as a Genre,” Elton Glaser escribe que la literatura de los viajes:

is like looking through a train window at dusk, that moment when our own reflection is superimposed on the world outside the glass, and suddenly object and subject exist at the same time on the same plane, the perceived and the perceiver a single intelligence in an eerie rapprochment. (51)

Muy lentamente los viajeros llegan a superponerse la tierra. En el medio de la novelita, Siscar escribe, “De pronto, todo me parece tan artificial, la vida fuera de aquí” (57). La narradora lo dice durante el “atardecer” (57) cuando se puede verse como una sombra en la ventanilla. En este momento, los viajeros están en el camino de vuelta. El paisaje teórico llega a ser un paisaje real. Además, cuando se quedan con los piqueteros, los extranjeros llegan a ser los indígenas de La Patagonia y crean una novelita Bildungsroman.

Ocurre lo mismo en la novela Patagonia Express. La diferencia entre los dos textos es que Patagonia Express empieza con la vuelta – la razón de la ida es para que Sépulveda puede mejorar su comprensión de la vuelta. Mejor dicho, Sepúlveda ya sabe la meta de su viaje, pero la meta sólo es una sin la razón. Por supuesto, Sepúlveda entiende que el libro Así se templó el acero, uno sobre un joven que se situá en ruso durante la revolución, inspira las ideas comunistas en su vida – con la colaboración de los sentimientos de su “Tata” (18) – sin embargo, no entiende el comunismo en la vida real. Otra vez, se puede ver en los textos de Bildungsroman hay una relación entre la vida real y la vida teórica. En cierto sentido, la realidad de la novela crea la sentimentalidad. Por eso, la sentimentalidad crea la humanidad del libro. Sin la humanidad, o sea, “organic unfolding as a totality of human capacities” (122), no es posible que Sepúlveda puede encontrar su vuelta. No obstante, Sepúlveda trabaja para aclarar las mentiras con su estilo mentiroso. Es decir que Sepúlveda emplea los retratos de unas personas de La Patagonia para exponerlas a la vida real. Por ejemplo, pueden ser guerreros cultos como Margarito (34) y el lector puede ver la esperanza de una gente como los que esperan “el verdadero Patagonia Express” (139). La meta de Sepúlveda, lo que le ayuda a la vuelta, es exponer la psicología e historias de la gente de La Patagonia. Después de que Sepúlveda entienda su meta, puede regresar a su pasado: su Tata. Cuando llegue a Martos, inmediatamente Sepúlveda “se fue llenado con las detalles faciales de [su] abuelo” (168). La vuelta se acentúa cuando llega a la casa de su anciano, y se da cuenta “que por fin se había cerrado el círculo, pues me encontraba en el punto de partida del viaje empezado por mi abuelo” (178). Al inicio de la novela, las metas de Sepúlveda son las de su abuelo, pero al fin las metas son suyas. Por eso, Sepúlveda “cierra el círculo”: crea la ida y la vuelta.

A causa de las estructuras de los textos La Siberia y Patagonia Express como las de la ida y la vuelta de una conciencia humana, se puede decir que los dos son textos del Bildungsroman. Claramente son textos diferentes en referencia a los personajes. Los de La Siberia son extranjeros en un país que les parece exótico. Sin embargo, es el cambio de la conciencia que crea la ida y la vuelta. En primer lugar los extranjeros eran así: turistas sin la comprensión de La Patagonia, pero, su viaje crean la descripción entre la vida real y la vida teórica. Llegan a ser una gente progresista que pueden familiarizarse con la tierra, y llegan a una comprensión de “the organic unfolding as a totality of human capacities” (Gottfried 122). Es lo mismo en Patagonia Express pero muestra un impacto más intímo. Para Sepúlveda, se quiere exponer a la gente de La Patagonia. Sí puede entenderla, puede regresar a la meta de su abuelo con una comprensión

completamente hueva. Sepúlveda no es un extranjero fisicamente, pero es un extranjero mentalmente. Para llegar a la comprensión de lo humano como lo entiende su abuelo, necesita tener la habilidad de entender la esperanzas de la gente, y la psicología de la tierra en total. Sin embargo, los dos textos trabajan juntos para dar una comprensión que la vida es una cadena de cambios, y los cambios se hacen a causa de la gente que la crea. Así es el Bildungsroman.

Bibliografía

Blankton, Casey. “Narrating Self and Other: A Historical Overview.” Travel Writing: The Self and the World. Routledge Publications. New York. 1995: 1-29. Print.

Glaser, Elton. “Hydra and Hybrid: Travel Writing as a Genre.” North Dakota Quarterly. University of North Dakota Press. North Dakota. 1991: 48-53. Print.

Gottfried, Marianne Hirsch. “Defining Bildungsroman as a Genre.” PMLA. Modern Language Association. 1976: 122-123. Print.

Sepúlveda, Luis. Patagonia Express. Fabulas Tusquets Editores. Barcelona, España. 2009: 1- 178. Print.

Siscar, Cristina. La Siberia. Mondadori. 2003: 11-95. Print.

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